16.12.07

MÉXICO LINDOOOOOO!

El 14 de diciembre a las 9 y pico de la noche cruzamos la frontera con México. Sin contratiempos, sin incidencias, con un pasotismo total hacia nosotros y la Paca y con una amabilidad y simpatía de los funcionarios que nos sorprendió.
Hoy, 16 de diciembre, estamos en San Luís Potosí, a 400 kms de D. F. y de nuestros querídisimos Ceci y Rodri que nos esperan allá.
Todo ha ido muy bien, el cruce de frontera, la porrada de kms por el México profundo y sus carreteras de dudosa seguridad y conducciones temerarias y, salvo un descomunal jet lag cultural, estamos muy bien.
Seguiremos informando Castaneros...

7.12.07

INDIAN COUNTRY



No sé cómo empezar esta entrada, sólo me gustaría reflexionar en voz alta sobre lo que ha significado para mí un paisaje que engloba muchos y que llamaré Indian Country.
Es una agrupación arbitraria y personal que engloba paisajes y gentes muy diferentes pero que todo ello evoca un imaginario que construí a base de lecturas, películas, conversaciones, conferencias durante mucho tiempo.
No quiero dar conclusiones, porque ni siquiera tengo un borrador de ellas. No ha sido más que una tímida y superficial entrada a una realidad de la que no tengo ningún conocimiento "real", de la tierra, y como consecuencia la contradicción está latente.
Escribo ahora aunque hace tiempo que estamos dentro de este paisaje pero fue hace dos días que cerramos una etapa provisional que me ayudó a digerir la información.
Es muy difícil hacerse una opinión sólida y fundamentada de este país, es tan complejo, co-existen tantas culturas... Palpitando siempre la crudeza de la historia más reciente, sin obviar todo el inicio desde el descubrimiento europeo de este continente.

PRIMER ENCUENTRO
Nuestro primer encuentro fue con un guía navajo que nos acompañó a Antelope Canyon, ésa era la única forma de entrar, con un guía. Teníamos ilusión porque había margen para estar con tiempo, ver relajadamente el interior de este cañón y sólo éramos nosotros dos.
Pero fue frustrante. El guía era un chico de veintipocos años que no sabía absolutamente nada del cañón, ni de su tierra. Había nacido a dos horas del Gran Cañón del Colorado y ni siquiera lo había visitado. El mismo cañón que guiaba, lo hacía con poco conocimiento e iba tirando tópicos, a la vez que preguntaba todo tipo de cosas sobre nuestro país y nuestras vidas como una metralleta. Después supimos que era mormón y nos dejó chafados.

LA HISTORIA
Mientras, íbamos leyendo la historia del pueblo navajo en un libro que encontramos tirado cerca de una biblioteca y nos íbamos informando más detalladamente, junto a las cosas que ibas leyendo mientras viajabas de parque en parque natural.
Con toda esa información y lo que en mis primeros años de historia pude estudiar nos íbamos construyendo e imaginando la dura vida de este pueblo, que se intentó exterminar de todas las formas posibles y que al no conseguirlo, se les intentó "reprogramar" en una cárcel, que con el tiempo se extendió en el territorio y se le llamó reserva. Todo acompañado de barbarie gubernamental, ruptura de acuerdos y batallas legales que se pueden datar hasta 1995.
Muy duro y muy reciente.
Mientras, viajábamos y veíamos el territorio yermo y agreste de esta nación, los hogans (sus casas circulares con un agujero en el techo) por doquier y esas miradas serias y cortantes.

TERRITORIO INDIO SIN MAPA
Al salir del Gran Cañón del Colorado, Xavi insistió mucho en querer ver el lado este de él. Esa zona se llama Marble Canyon y ya desde el borde norte del Gran Cañón la pudimos divisar desde la distancia y nos prometía paredes cortantes hasta el mismo río. Pero no había ningún mapa que señalizara ninguna carretera, preguntabas a la gente en mostradores de información al turista y te respondían con evasivas: que no eran carreteras para circular, iban a las casas de los indios, etc... Nos daba impresión pero charlando con un navajo que trabajaba en una gasolinera nos tranquilizó y nos animó, no pasaba nada por entrar, pero era un laberinto de pistas de tierra y un poco perdedoras.
Lo intentamos. Estuvimos casi cinco horas circulando a poquísima velocidad por una pista kilométrica que parecía acercarse al borde del cañón pero nunca lo hacía, con pequeñas pistas que se desviaban pero que no eran transitables para la Paca. De vez en cuando te encontrabas con algún coche. Preguntamos a un indio y no sabía ni cómo se enumeraba la pista donde estábamos. Nos decía que no había números, ni nombres, sin entender muy bien qué hacíamos allá en pleno territorio indio, sin ninguna atracción turística.
Después de bastantes horas, con la Paca a punto de reventar en cada bache, con la Huayna cabreada de tanto vaivén y nosotros con los nervios de punta de ver el cañón alejarse cada vez que hacíamos más millas, decidimos con tensión volver atrás y dar por terminada la aventura.

EL COYOTE
La noche antes yendo por la carretera de salida del Gran Cañón del Colorado vimos un coyote en medio del carril que Xavi tuvo que esquivar. Lo fuerte es que Xavi vio que estaba vivo, que se giró y lo miró. Mientras avanzábamos decidíamos qué hacer. Dimos la vuelta.
Estaba vivo y los coches pasaban a pocos centímetros de él. Le habían atropellado y no podía irse de la carretera.
No sabíamos qué hacer, el coyote es un animal salvaje y te puede morder, pero a la vez era tan duro verle como esperando el segundo atropello de gracia... Estábamos dubitativos cuando paró un coche y nos animó a dejarlo, que era salvaje, que llamáramos a quien llamáramos no iban a venir a buscar a un coyote. Atropellan muchos cada día. Se alejó y llamamos al número de urgencias. Para movilizar dije que estaba en medio de la carretera aún vivo y que podría ser un peligro causando un accidente.
Estábamos conmocionados, sabiendo que sólo era un animal salvaje que a nadie importaba, que era una vida que se estaba yendo pero no podíamos verla así. Veíamos a un ser vivo que estaba muriendo y necesitaba un lugar de reposo para hacerlo en paz.

Otro coche para en medio de la carretera, casi causando un accidente, instándonos a matarlo ya que está sufriendo, que es mejor que lo matemos con una piedra en la cabeza o atropellándolo nosotros mismos. A mi vez, los animé a que se fueran y nos dejaran tranquilos.
Nos daba miedo que el coyote se revolviera al intentar cogerlo para apartarlo de la carretera y le hablábamos. Con su mirada tierna y casi humana nos convenció de que no iba a hacernos nada. Xavi lo cogió y lo apartó.
Estaba tan tranquilo entonces, parecía un perrito abandonado y falto de cariño.
Mientras intentábamos despedirnos de él y que tuviera un poco de amor antes de partir, para otro coche, con una familia navajo dentro. El padre de familia empieza a hacer comentarios jocosos referentes a cómo matarlo, cuando ya hasta las narices, le digo" ¿te parece gracioso que esté muriendo? pues para mí no lo es. ¡Es un coyote!"
Se le torció la sonrisa y arrancó a toda velocidad.

Nos despedimos de él y le dejamos ya cada vez menos agitado y más en quietud.
A la mañana siguiente al pasar de nuevo por allá, vimos que no estaba. Un brillo de esperanza nos iluminó, quizá se levantó y se fue a los cerros, o quizá lo vinieron a buscar.
Al parar vimos que lo habían metido más entre los matojos para no molestar a la vista.
Tenía una aire apacible, como si estuviera durmiendo.
Dos imágenes al marchar, su pelo suave a la luz del sol y una cruz con flores y ofrendas muy cerca de él, de otro ser vivo que murió aquí mismo.

MONUMENT VALLEY
Otro paisaje, Monument Valley.
La tierra lo inundaba todo, indescriptible, omnipresente.
Pese al viento enloquecedor, el tiempo cambiante, el frío inmenso que crecía cada día y que nos helaba las ventanas y hasta impidió que un día vaciaramos el depósito de las aguas residuales del tapón de hielo que se formó, estuvimos cinco días disfrutando de esa maravilla.
Al principio los que organizaban tours en el parking se burlaron de nosotros, como si fuéramos borregos en busca de hierba qué comer. Pero al pasar de ellos y ver que cada día nos adentrábamos en la difícil pista para la Paca de 17 millas para estar una y otra vez rodeados de esos picachos rojizos, estar cuatro días en el "Primitive Camping", en realidad un trozo de tierra polvoriento azotado por el cruel viento que tenía dos bancos y poco más, nos dejaban en paz sin entender nada y saludándonos con un seco gesto de índice y dedo corazón al estilo más western.

No hablamos con nadie, pero el lugar tenía restricciones muy grandes, no te permitían ni andar por algunas pistas, salvo si lo hacías con guías y tours organizados.
A la vez, veíamos las casas que estaban desperdigadas por ese impresionante y duro territorio. !!!Allí vive gente!!! Disfrutando de atardeceres fríos sí, pero únicos mientras veíamos a un autobús de japoneses como azotados por un látigo de estrés que bajaban y subían del mismo, o coches que estaban dos minutos en un mirador y se iban.
No se puede decir más, si no, mirad las fotos.

LA BANDERA USA
Durante los kms y kms de carretera veíamos por doquier en cada puesto indio, en cada establecimiento, la bandera de USA ondeando al viento y no entendíamos nada...

LOS PUEBLO
El siguiente flash sería Los parques Natural Bridges, Wutpaki, Sunset Crater y Mesa Verde, estratégicamente delineados fuera del territorio de las diferentes reservas y pertenecientes a Estados Unidos.
Estos parques contienen una historia reciente durísima de expolio de tierras a los indios para proteger la zona y crear parques estadounidenses, se nos quedó grabado en el alma Natural Bridges y sobre todo Mesa Verde. Lugares donde los restos arqueológicos evocan los ancestros de tribus indias actuales del Sudoeste.
Pueblos que vivieron de principios de nuestra era hasta 1300 y que luego abandonaron sus asentamientos para desperdigarse por todo el Sudoeste y que se llaman así Pueblo, término adoptado modernamente y de común acuerdo entre sus herederos ( Hopi, Zuni, etc...) y la dirección de los parques, ya que el antiguo, Anasazi, no lo veían adecuado (la traducción sería enemigo de los navajo).
Viviendo en casas que excavaban en el suelo para sentir ese arraigo con la madre tierra, y que en siglos posteriores construían en baumas impresionantes con fango, piedra y poco más, creando incluso pueblos que se asomaban a cañónes de vértigo.
Charlando con un ranger que nos hizo una visita a uno de estos asentamientos, nos emocionó su visión de las cosas y nos dio una explicación coherente de cómo veía él el mundo indio y cómo se tenía que asumir. Era un tipo con mucho conocimiento y mucho respeto. Nos gustó lo que explicó de Mesa Verde. Estos restos, seguían siendo visitados por los herederos de esa cultura pero no permitían que nadie entrara o viera esas ceremonias, así que sólo permitían ver los restos desde una barrera, sobre todo las kivas, que eran lugares ceremoniales y no podían ser visitadas por cualquiera. Como generosidad, se reconstruyó una que metódicamente van limpiando y purificando para que los visitantes entren y se sientan bendecidos dentro.
No nos aclaró todas la dudas, pero sí nos dio pistas para no hacer juicios a la ligera y no preguntar, tienen sus razones y no tienen por qué compartirlas contigo. Hay cosas que para ellos son muy privadas y no pueden compartir como si fuera un bien de consumo cultural o comercial.
Nos despedimos de Craig y le dimos las gracias.
No tengo conclusiones, tampoco Xavi, seguimos siendo unos visitantes y unos observadores que aún les falta mucho indian country que visitar y vivir.

A VUESTRA IZQUIERDA LAS FOTOS DE TODO

HUAYNASWAY


Han habido muchas peticiones y preguntas sobre cómo está Huayna, si ya se ha adaptado a este ritmo de vida nada rutinario, si el estrés la está volviendo loca, etc...
Para todos vosotros ahí va un enlace dedicado a ella.
Disfrutad con las fotos, nosotros parecemos unos padres primerizos a los que se les cae la baba mirando fotos de su bebé. No sé chicos, yo cada vez la veo más hermosa, cada vez más libre, cada vez más en paz. En serio, no estoy flipando, cada vez muerde menos sin razón (sigue mordiendo, porque a veces la chinchamos) y tiene menos manías obsesivas. Parecía que iba a sufrir porque su espacio vital se iba reduciendo a cada cambio de casa pero ahora sabe que tiene el mundo y cada vez que nos descuidamos sale disparada por la puerta a explorarlo.
A vuestra izquierda, Huaynasway.