2 de febrero de 2008
Desde el principio sabíamos que el castanedasway sería un camino de conocimiento y aunque sentíamos miedo de él, como citaba Don Juan, nos daba más miedo no recorrerlo. Sabíamos que este camino tenía muchos aprendizajes y no siempre fáciles.
Mientras ultimábamos las entradas pendientes a causa del problema logístico con el portátil, ocurrió algo que nos trastocó. Hemos querido de todas formas presentar las entradas tal como pensamos y dejar ésta para más tarde. Desearíamos compartir la última lección de Castanedasway, una de las más duras que aún estamos transitando.
El 30 de enero a las 15h. aproximadamente, Huayna abandonó nuestra aventura. Murió de una hemorragia interna a causa, pensamos, de un envenenamiento. Fue repentino y corto, no nos dio opción a salvarla, el coyote de Grand Canyon nos dio más tiempo. Ella no pudo.
Ese día, después del pequeño paseo matutino de Huayna por donde estábamos apracados, fuimos a comprar al supermercado de la UNAM. Estuvimos algo más de una hora, cuando volvimos ella como siempre estaba en uno de sus agujeros preferidos, el fondo del armario del lavabo. Al llamarla salió y se tumbó en medio del suelo. No era nada anormal, sólo que de repente empezó a hacer un gorgoteo muy raro y pensé que iba a vomitar, pero no la vi tumbada en la posición en que los gatos vomitan. Vi que se había orinado y tenía gotas de sangre en la patita. Al acercarme corriendo, su cara estaba desencajada como intentando respirar. Avisé a Xavi que estaba afuera acomodando la compra en el baúl y fuimos corriendo a ver si encontrábamos a Leonor. En el camino caímos que había un veterinario en el barrio y sería más rápido.
Su agonía era desesperante, sólo lanzó un maullido de queja mirándome entre los gorgoteos de sangre. Fueron 10 minutos escasos.
Al llegar, Xavi se la llevó corriendo al veterinario mientras yo cerraba la puerta de la Paca. Cuando llegué a la clínica estaba tumbada, mientras la veterinaria la intentaba reanimar. Le inyectó una sustancia para que hiciera reacción, pero no lo hizo.
No podíamos creer lo que veíamos. ¡Huayna estaba muerta! ¡No podía ser!
Volvimos con ella envuelta en papel y plástico. Destrozados, aún lo estamos. Nos falta a cada momento. Pensamos en ella constantemente y las lágrimas son incontenibles.
La enterramos en un bosque al sur de la ciudad, un lugar precioso, con la mantita que la calentó durante el vuelo transatlántico, la gomita con la que jugaba, su comida, su cepillo para el pelo y unas flores. Estaba tan bonita, parecía que dormía en su posición favorita, hecha un caracolito con las cuatro patitas estiradas. El contacto frío y la sangre era lo único que mostraba su muerte. Nos despedimos de ella entre sollozos, agradeciéndole tantas cosas que nos ha regalado. Todo el amor que nos dio, que nos dejó darle, todo lo que nos enseñó, a ser más puros, más auténticos, sólo a ser.
El corazón lo tenemos encogido y nos cuesta mucho el día a día. Las noches sin notar su peso en los pies, las mañanas si su saludo. Sus caras y ronroneos. Todo estaba impregnado con su aroma y nos falta.
Nos conforta que pudimos estar con ella mientras moría, y pese a que no nos dio opción, tampoco fue larga su agonía, mientras le dábamos toda la energía de la que éramos capaces para apoyarla.
No entendemos por qué tuvo que irse ahora, cuál es la razón, qué tenemos que aprender.
Nos queda su recuerdo en estos diez años de convivencia, y estos cuatro fabulosos meses de castanedasway donde estuvo más pura que nunca, más plácida, más feliz. Trotando y explorando la naturaleza, con una dulzura infinita, cada vez más segura, con un aprendizaje que tampoco fue fácil para ella. Con su pérdida comprendimos más que nunca que éramos un equipo y que juntos transitábamos el castanedasway, aprendiendo a movernos con libertad.
11 de febrero 2008
Han pasado 11 días, y nuestro corazón aunque está triste, está más tranquilo. Atrás quedó toda esa dolorosa incertidumbre de por qués, cómos y quiénes que nos martilleaba la mente y el corazón.
Con su muerte algo se rompió y ahora toca reconstruirlo y seguir el camino. La enseñanza que nos dejó aún la estamos interiorizando y poco a poco la alegría va entrando en la Paca. Ya no nos desgarra su recuerdo como antes. Muchas cosas han ayudado, primero el tiempo que todo lo reposa, nuestras charlas, los mensajes de amigos que lo sabían, los que simplemente nos enviaban su amor ignorantes de todo, las meditaciones y, finalmente, las lágrimas nos han dejado sacar todo lo que sentíamos. Por último, gracias a Marta y a Beto, pudimos acabar de purificar con un temazcal, bastante duro por cierto.
Ahora comprendemos que se ha acabado una etapa y empieza otra. La afrontamos con esperanza y fuerza, porque el camino no nos deja de ofrecer riqueza a cada paso, en lugares, en personas y en momentos que son los que nos enseñan día a día a ser nosotros mismos, a acercarnos a nuestra esencia.
Adiós, bonita.
Minutos después de cruzar la frontera con México
6 comentarios:
CADA DIA QUE VEIG QUE HI HA NOTICIES VOSTRES M'ALEGRO I LES LLEGEIXO ILUSIONAT DE SABER QUE TOT US VA BÉ.
DONCS ARA M'HE QUEDAT GELAT.
NOMÉS US PUC DIR ÀNIM A TOTS DOS.
FERRAN
Em sap molt de greu, pobreta. Una abraçada ben forta!
Ada
Hola viajeros incansables!
Les quiero mandar todo mi apoyo ante la pérdida. Mientras la leía hace unos instantes la he sentido muy cerca y me ha transportado, salvendo la distancia, a recuerdos de pérdidas gatunas de antaño. Sé lo triste y duro que es, sé también que forma parte del camino. A veces sube y a veces baja, las más de las veces anda planito y apacible.
Un abrazo muy muy fuerte para los dos. Y no dejen de mandar sus enriquecedoras crónicas!
Juli
hola soy angel.acavo d ver lo d huayna.recuerda cuando stuve cuidandola en can xavi,a tenido y tndra un buen viaje.seguro ksta cazando palomas con fofo y monco.un besazo als dos.vi lo del temascal.lo dixo una vela y un brindis x vostros y la jodia pr culo de huayna.se lo merece.os keremos
Hola chicos!
11 F, de vuelta al blog... van pasando los días, parece... Marta, Beto, Temazcal... qué recuerdos!
Lo sentimos mucho. Mucho, mucho.
¿Subieron al Izta? ¿Les dio fuerza? ¿Qué planes? Escriban algo... los extrañamos!
Besos
Ce&Ro
Xavi, Antonia, lo siento mucho,de corazón.
Huayna ha tenido una buena vida, con grandes experiencias y os ha tenido a vosotros, todo un regalo.
Ánimos.
Un fuerte abrazo.
Cristina
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